17 enero 2017
Una red social corporativa es un punto de comunicación global de la compañía que ayudará a los empleados a sentirse parte de la misma. Con ello, las empresas podrán crecer de forma social, comunicativa y colaborativa, ofreciendo herramientas para democratizar el talento
Las empresas no deben ser ajenas a la nueva era de la comunicación, esa misma que conforme pasan los años va siendo acompañada de 2.0, 3.0, 4.0, etc. Todas las marcas empresariales, y sobre todo las nuevas marcas comerciales, están formadas por pequeñas marcas personales, que son las que aportan la filosofía, la identidad y la cercanía con el usuario consumidor de la marca comercial. Cada empleado de una empresa es una pequeña marca personal que, trabajado de la forma más interesante y estratégica posible, pueden hacer que la marca consiga sus objetivos más rápido y de forma más efectiva.
Es una plataforma donde los empleados puedan “comunicarse” entre ellos, con el fin de compartir experiencias, proyectos y realizar trabajos de forma colaborativa.
Lejos ha quedado ya el falso mito en el que se pensaba que una red social corporativa terminaba convirtiéndose en el lugar perfecto para que los empleados diesen rienda suelta a sus quejas y conspiraciones. Hoy día se debe tener visión de futuro y entender que la masa social de la compañía es profesional, inteligente y donde prima el talento. Por ello, la red social de una propia compañía servirá para, incluso, realizar una selección natural y poder gestionar el talento de forma adecuada.
Es el lugar perfecto para trabajar en equipo de forma coordinada, estableciendo cánones y políticas de comunicación, de forma que todo el mundo vaya en la misma dirección del proyecto. De esta forma, tendríamos en la misma plataforma todo lo que necesitamos para el proyecto: videoconferencias, chats, wikis y demás.
En una red social corporativa desaparecen las jerarquizaciones y todo se ve desde un prisma mucho más horizontal. De esta forma, todos los empleados tienen la libertad de hablar y de tratar de tú a cualquiera, desapareciendo conforme avanza su uso el sentimiento de muro al que se puede enfrentar un empleado al hablar con un superior.
Si se consigue que los empleados puedan utilizar la red social corporativa de forma asidua y sin limitaciones, se pueden detectar conflictos y problemas de alguno de ellos o incluso en un grupo de empleados. Además, segmentando la información podemos detectar también grupos de pensamiento y tendencias, que puede resultar un problema para otros grupos o para algunos empleados.
A medida que la red social va implantándose y en la medida que la compañía pueda ir poco a poco filtrando información que no es de dominio social corporativo, los empleados quedarán sorprendidos en un principio y ávidos de más información después. Así pues, los habrá que también sientan curiosidad por la información que puedan proporcionar el resto de sus compañeros y esto les haga sentirse muy identificados con las siglas de la empresa.
Una forma de saber que una persona tiene talento es hacer partícipe a todo el mundo del mismo. De esta forma, todos y cada uno de los empleados sabrán que esa persona está donde está y tiene la responsabilidad que tiene por su propio talento. Asimismo, también servirá para captar nuevos talentos difíciles de detectar. Por ejemplo, puede que una persona no tenga talento para la ingeniería, pese a ser ingeniero y, sin embargo, es muy creativo y hasta el momento no se le había detectado. Es una forma también de democratizar el talento para ponerlo al servicio de todos.
También es una posibilidad hacer sentir importante y parte de la compañía a todos y cada uno de los empleados. Por ello es conveniente hacerles partícipes de los éxitos, los logros conseguidos y los que se esperan conseguir. Así, el empleado estará orgulloso de trabajar en esta compañía, haciendo que sea un componente importante para la fidelización del mismo, más allá del salario o la dificultad en el trabajo.
Cuando elegimos una RSC siempre debemos tener en cuenta distintos aspectos importantes. Debemos tener en cuenta que el factor que hace que funcione o no una RSC no es la tecnología, aunque debemos reconocer que ponderadamente ocupa un lugar también privilegiado, es más un factor filosófico y de adopción por parte de la propia compañía y de los empleados. Con todo ello deberemos definir distintos apartados:
Lo mejor en estos casos es hacer una tabla y chequear los diferentes aspectos que le pedimos a una red social y ver si los cumple. También es importante estudiar el precio y el presupuesto de implantación de cada una. De esta forma, tomaremos la decisión más acertada posible para poder fomentar la participación social de nuestra compañía.